¿ES EL EVANGELIO DE JESUCRISTO LO QUE PREDICAMOS?

En nuestra cultura vemos una y otra vez la necesidad de palabras de aliento, confort y buenas noticias. El cubano siempre añora algo mejor; mejoría económica, salud abundante, bienestar familiar, etc… Esa realidad nos lleva, en ocasiones, a presentar “un evangelio de complacencia y gratificación personal.” Queremos que las personas encuentren en nuestras palabras paz y seguridad, amor y buenas noticias… y sí, eso está bien, pero ¿Es la voluntad de Dios que su evangelio pierda valor, al omitir su íntegro contenido? ¿Es la voluntad de Dios que omitamos palabras, llamados y afirmaciones que fueron parte del mensaje de salvación desde su comienzo? El deseo de Dios de salvar al pecador por la fe en su Hijo Jesús es inmenso; quizás, más de lo que imaginemos o conozcamos. El evangelio, “Es la Buena Noticia de que Dios quiere Salvar al pecador por medio de la obediencia de su Hijo, de su justicia, de su cruz, de su resurrección”. Son “Las Buenas Nuevas de Salvación”. Si ese mensaje fuese limitado o recortado, el plan de Dios para traer vida al perdido También. Dios dispuso que, por medio de su anuncio (el Evangelio), el pecador fuese convencido por el Espíritu Santo de su pecado, se arrepintiese y pidiese perdón; reciba a Jesús y crea en su nombre Juan 1:12, y tenga vida eterna Juan 3:16. El evangelio en sí es Buenas Noticias. Creo que quitarle a este, es quitar a la Buena Noticia contenido. Dejaría de ser Buena y Nueva.

En tiempos del apóstol Pablo, existió la tendencia y el peligro de pervertir el mensaje de Dios. En su carta a los Gálatas, Pablo tuvo que amonestar a los mismos por “aceptar” un evangelio diferente al que se les había predicado. Él escribió: ‎Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.  No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.   

¿En qué consistía la perversión del evangelio de Cristo según Pablo?

Muchas personas dentro de la iglesia estaban pugnando por un retorno a las obras y al legalismo judaico como único medio de conseguir la aprobación de Dios.[1] Así que el evangelio del Señor estaba sufriendo alteraciones, y una mezcla entre la verdad y el error. En eso consiste, en ocasiones, las perversiones del mensaje de Salvación, (En una mezcla de verdad con error).

¿Cómo presentamos el evangelio a una sociedad que busca paz, pero no en la persona correcta? ¿Que busca amor, pero no en Dios? ¿que busca esperanza, pero no en Jesucristo? ¿Acaso debemos presentar a un Jesús que te quiere dar paz, pero no te pide que dejes las tinieblas? ¿Qué te quiere dar esperanza, pero sin dejar de vivir para ti? ¿Acaso no hay que pedir que, para tener lo nuevo, hay que dejar lo viejo? 

Reflexionemos: ¿Cuál es el contenido inequívoco e invariable del evangelio de Dios? ¿Cómo presenta la Escritura al evangelio de Jesucristo?

Veamos la revelación misma qué dice al respecto:

Jn 3.16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.  ‎17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.  ‎18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. ‎19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.  ‎20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.  ‎21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Jn 14.2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.  ‎3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Hch 2.38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Romanos 10:8c, 9 Esta es la palabra de fe que predicamos:  ‎9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Ro 1.16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

‎‎1 Co 15.3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;  ‎4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

La revelación de Dios es progresiva, y muchos de los fragmentos presentados hablan de una u otra manera del plan de Dios para la salvación del hombre. Podríamos decir que, en la presentación del evangelio al perdido, hay verdades que no pueden faltar, y otras que no pueden ser acomodadas a las emociones o la cultura de las personas.

La manera en que presentamos el mensaje puede ser diversa de una cultura a otra, o de un contexto a otro. La manera en que llevo el evangelio a un pescador no debe ser la manera en que lo llevo a un campesino, rapero o político; ahora bien: “El mensaje debe ser el mismo”

A continuación, les presento lo que considero “No debería faltar en la presentación del evangelio al perdido”

Todos los seres humanos hemos pecado Rom 3:22,23; por lo tanto, merecemos el justo juicio de Dios por ello Rom 2:2-5. Merecemos ser lanzados al infierno (lugar de tormento) por nuestros pecados Mt 10:28. Dios, en su gracia, dispuso enviar a Jesús a salvar a los pecadores Jn 3:16. Jesús murió en nuestro lugar, el castigo que nos correspondía fue sobre él Is 53:5. Murió en una cruz, fue sepultado y resucitó al tercer día para nuestra justificación 1 Cor 15:3. Todos los que creen en él, reciben el perdón de los pecados y la vida eterna, y no serán condenados Jn 3:16, 17. Él regresará por sus hermanos para estar siempre con él Jn 14:2.

El orden y la intensidad pueden variar, pero el mensaje tiene que ser presentado; de otra manera “no sería el evangelio de Jesucristo lo que hemos presentado.” Unos, podemos tardar un tiempo prudente en presentar el contenido completo, otros somos más directos y presentamos lo que no debe faltar. Lo cierto es que, el evangelio debe ser expuesto a la persona, iglesia o comunidad tal y como Dios lo ha dispuesto.

Recuerdo el famoso lema del misionero Hudson Taylor: «La obra de Dios hecha a la manera de Dios no carecerá del apoyo de Dios.»

Hay partes del evangelio que tendrán que enseñarse al nuevo discípulo posteriormente, y que forman parte integral del mismo. Para ejemplificar: El Sello del Espíritu Santo, la Llenura del Espíritu, la Santificación, la Seguridad Eterna, la Resurrección de entre los muertos, el Bautismo en agua, la Cena del Señor, El Día del Señor, etc…

El mensaje de Dios para reconciliar al hombre consigo, no necesita de alteraciones o acomodos internos; “es suficiente para traer paz y seguridad, amor y buenas noticias… Es el mensaje de Dios a un mundo que lo necesita. 

Así que, amigos, hermanos y compañeros de ministerio “No Agüemos el Evangelio de Jesucristo”

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[1] PERPECTIVA GENERAL DEL NUEVO TESTAMENTO, © 1990 Por Dennis J.  Mock, Atlanta, Georgia, E.U.A. , por Atis Design , página 117.